Buen día tenga usted, mi muy apreciado lector. Esta es mi primera entrada a la sección Sapiens, en la que hablaré sobre ciencias y humanidades. Están invitados a comentar y formar una discusión. Si en algún momento les parece que mi punto es falaz (lo cual siempre trato de evitar) o simplemente no están de acuerdo con lo que propongo, sean libres de argumentar en contra o incluso de rayármela. Por lo pronto, comenzaré con un tema relacionado a los estudios de la religión, la secularización y la relación que la yihad tiene con esto.
El concepto de secularización se refiere a como en la modernidad las instituciones religiosas van perdiendo influencia sobre la sociedad. Karell Dobbelaere, uno de los principales estudiosos contemporáneos de la religión, nos dice que existen tres esferas en las que se da la secularización:
- · La individual, en la que una persona va adaptando los preceptos religiosos a su propia visión y percepción del mundo. El individuo puede seguirse llamando creyente de tal o cual religión, pero en la práctica lo que él cree no es necesariamente lo que la doctrina profesa.
- · La interna u organizacional. Este tipo de secularización se da a nivel interno (válgame la rebuznancia) de las iglesias, monasterios, y demás organizaciones religiosas. Los directivos religiosos deben tomar manos a la obra en el asunto de la diversidad religiosa y cultural para no perder a sus creyentes y entonces adoptan formas de actuar y de trabajar parecidas a la del mundo secular, es decir, no religioso.
- · Por último, la societal y la que nos interesa más aquí. Este fue el primer tipo de secularización que se definió en ciencias sociales, ya que ha sido uno de los más evidentes desde los inicios de la sociología. Se refiere a cómo las religiones pierden poder político y su influencia en cada área de la vida social.
Antes en el mundo occidental la iglesia católica tenía un puesto como institución política en la vida social. Se encargaba de dar coherencia al mundo y con base en esto las demás áreas de la administración política modelaba sus normas y formas del trabajo y la vida en al sociedad. Así, también la iglesia tenía su propio ejército, su “policía”, conocida como la inquisición y su puesto en la administración pública. Esta influencia fue la razón de que los gobiernos de varios países europeos financiaran “cruzadas” para reclamar guerra santa (sí, contra los musulmanes).
Este es el ejemplo más estudiado, el cristianismo, pues en todas sus acepciones ha adoptado políticas de secularización interna, tratando de acoplarse al mundo contemporáneo. El desarrollo de la ciencia y la adopción de políticas enfocadas al materialismo y al consumismo por parte de países occidentales, e incluso políticas que tratan de erradicar la religión (como sucedió en los países comunistas), ha orillado a los dirigentes cristianos a tomar estas medidas poder sobrevivir entre la sociedad e incluso seguir teniendo un poco de influencia política, aunque sea de manera indirecta.
En el caso del islam, está dividido en diversas visiones. Existen musulmanes en el mundo occidental que viven tranquilamente y buscan de verdad la paz. Y existen facciones radicales que pretenden extender el islam al mundo y unificarlo en una teocracia islámica. Así, es que existen algunos países como Irak, Irán, Uzbekistán, Arabia Saudí, etc., que tienen un gobierno basado en su religión.
Lo interesante es que no sólo se centran en ataques a occidente. La totalidad de ataques terroristas perpetrados por células de Al Qaeda está conformada en gran parte por ataques terroristas dentro de los mismos países islámicos.
Podría parecer contradictorio, pero un estudio realizado en 2004 por Fernando Reinares, investigador de terrorismo internacional de la Universidad Rey Juan Carlos en España sostiene hay algunos imaginarios sobre los ataques terroristas de parte de grupos islámicos que no son del todo ciertos. Existe, por ejemplo, la creencia de que estos grupos tienen la tendencia a utilizar armas biológicas, sin embargo, en lo que fue del 2004 no hubo ningún atentado que utilizara estos medios, más que bombas, armas de fuego y secuestros. Otro imaginario es que tienden a hacer actos suicidas, pero la realidad es que de 187 actos terroristas registrados en 2004 sólo en 28 hubo casos de suicidio.
Lo más interesante es que en el mismo año sólo hubo 3 casos de ataques terroristas fuera del mundo islámico, los cuales sucedieron sólo en España. Es cierto, el más grave fue uno de estos últimos, que ocurrió el 11 de marzo, en el que se hicieron estallar bombas en varios trenes cerca del centro de Madrid lo que causó la muerte de 191 personas y dejó más de mil heridos. También hay que aclarar que el hecho de que no hayan usado armas biológicas en 2004 no niega la posibilidad de que haya sucedido antes o después y mucho menos que no tengan la posibilidad de hacerlo. Tampoco es prueba de que no tengan los medios para iniciar una masacre en el mundo occidental (como ya han hecho antes), pero la realidad es que la mayoría de sus ataques se concentran dentro de sus mismos territorios.
Su plan sigue siendo llevar el islam al mundo entero por medio de la guerra pero por lo menos en el 2004 se esforzaron más en causar terror a quien trate de llevar un estilo de vida menos fundamentalista, en atacar militares occidentales en su territorio y en tratar de evitar que los gobiernos accedan a políticas más abiertas como implementar votaciones.
En el caso del islam, está dividido en diversas visiones. Existen musulmanes en el mundo occidental que viven tranquilamente y buscan de verdad la paz. Y existen facciones radicales que pretenden extender el islam al mundo y unificarlo en una teocracia islámica. Así, es que existen algunos países como Irak, Irán, Uzbekistán, Arabia Saudí, etc., que tienen un gobierno basado en su religión.
Lo interesante es que no sólo se centran en ataques a occidente. La totalidad de ataques terroristas perpetrados por células de Al Qaeda está conformada en gran parte por ataques terroristas dentro de los mismos países islámicos.
Podría parecer contradictorio, pero un estudio realizado en 2004 por Fernando Reinares, investigador de terrorismo internacional de la Universidad Rey Juan Carlos en España sostiene hay algunos imaginarios sobre los ataques terroristas de parte de grupos islámicos que no son del todo ciertos. Existe, por ejemplo, la creencia de que estos grupos tienen la tendencia a utilizar armas biológicas, sin embargo, en lo que fue del 2004 no hubo ningún atentado que utilizara estos medios, más que bombas, armas de fuego y secuestros. Otro imaginario es que tienden a hacer actos suicidas, pero la realidad es que de 187 actos terroristas registrados en 2004 sólo en 28 hubo casos de suicidio.
Lo más interesante es que en el mismo año sólo hubo 3 casos de ataques terroristas fuera del mundo islámico, los cuales sucedieron sólo en España. Es cierto, el más grave fue uno de estos últimos, que ocurrió el 11 de marzo, en el que se hicieron estallar bombas en varios trenes cerca del centro de Madrid lo que causó la muerte de 191 personas y dejó más de mil heridos. También hay que aclarar que el hecho de que no hayan usado armas biológicas en 2004 no niega la posibilidad de que haya sucedido antes o después y mucho menos que no tengan la posibilidad de hacerlo. Tampoco es prueba de que no tengan los medios para iniciar una masacre en el mundo occidental (como ya han hecho antes), pero la realidad es que la mayoría de sus ataques se concentran dentro de sus mismos territorios.
Su plan sigue siendo llevar el islam al mundo entero por medio de la guerra pero por lo menos en el 2004 se esforzaron más en causar terror a quien trate de llevar un estilo de vida menos fundamentalista, en atacar militares occidentales en su territorio y en tratar de evitar que los gobiernos accedan a políticas más abiertas como implementar votaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario